viernes, abril 28, 2006

Adiós quincena...

Una de las cosas que durante toda mi vida escuché tuvo que ver con eso de que cuando uno de mis tíos o primos que trabajaban recibían su quincena, eran todos felices... aunque en algunas de esas ocasiones los veía hacer cuentas, comenzar a dividir sus billetes y decir algo así como...

"Así como llegan se van"

Eso lo estoy comprobando, pues desde el momento en que comencé a laborar, creo que es más que obvio y cuestión de sentido común dejar de depender de los papás, es decir, si fuera a seguir dependiendo económicamente de ellos (perdón por la palabra que usaré), qué chingaos con todo el esfuerzo de veintitantos años de andarle pagando a uno la escuela, la ropa, la comida, TODO! y no solo lo económico, sino, lo que física y moralmente les termina golpeando para que su hijo pueda enfrentar al mundo que le rodea.

Yo ya estuve haciendo cuentas y con ciertas cuestiones que debo más la renta de la casa, ya valió madres mi quincena, en eso se me fue la lanilla que tenía por ahí disponible, pero bueno...

Por ahí cuando todo se asiente (y se asentará), pues por lo menos hay una cosa que ayer mientras vagué un rato por una de las Plazas cercanas a la oficina, voy a comprar...